viernes, 10 de noviembre de 2017

Bottas y la Fórmula 1


Lo siento por los que creían que respetar al rival es respetar a tu ídolo manque pierda, lo que viene siendo una forma barata de impedir que los demás hagan guiones surrealistas y sólo los puedas hacer tú cuando decides, por ejemplo, pasarte por el forro de los pantalones la actualidad de nuestro deporte y sacar a la palestra una supuesta historia que ocurrió alrededor de Ferrari antes de 2014 y sobre la que no aportas un miserable dato contrastable.

Por increíble que parezca está sucediendo en estos instantes. En vez de hablar de Nico Rosberg y la comodidad que le ha venido a Lewis Hamilton como llovida del cielo, o del espinoso asunto de la mezcla de aceite con el combustible que sigue permitiendo a Mercedes AMG ser la más lista de la parrilla por cuarto año consecutivo, o sobre eso otro que afina el puntero sobre un Vettel que sigue mostrándose incapaz de reverdecer sus laureles desde 2014... tomas a Luca Cordero di Montezemolo y a Fernando Alonso cuando todavía compartían apartamento en Maranello, los agitas un poco en la coctelera y ya tienes una historia sin pies ni cabeza con la que entretener al personal.

De Valtteri Bottas tampoco se habla, of course!

El finlandés se enfrenta a la posibilidad de conseguir el primer subcampeonato de su carrera en Fórmula 1 pero resulta más urgente humillar al piloto español ahora que está a punto de disputar las 24 Horas de Daytona y tiene en el horizonte una más que asegurada participación en las 24 Horas de Le Mans.

En fin, estas cosas me matan, y aunque me repito una y otra vez que no merece la pena desperciciar una línea con toda esta fauna que nos dice en qué terminos podemos hablar de nuestro deporte, que criticar lo que no te gusta es esencialmente malo, y que por desgracia, cuentan con hordas de indocumentados seguidores que a veces pienso que no sabrían hacer la O con un canuto pero creen a pie juntillas que el fair play lo inventaron los anglosajones, ¡sí por mis santos cogieron!

Bueno, es tarde de viernes y he terminado lo que que tenía pensado hacer esta mañana siguiendo, más o menos, el horario previsto, así que vamos a echar el rato hablando de Fórmula 1 con permiso de los british y los alemanes y centroeuropeos, básicamente porque como decía hace unos días, la temporada 2017 todavía no ha terminado, Lewis, tetracoronado a estas alturas, se mantiene ojo avizor en tierras brasileñas, y Sebastian y Valtteri se van a ver las caras en Interlagos.

Me gusta el de Nastola y sé que lo sabéis de sobra. Ser segundo piloto de cualquier escudería, en la actualidad, es un papel ingrato de cojones. Su trabajo se supedita al de la estrella del equipo pero los periodistas rara vez reparan en ello. 

Me consta que el finlandés se está dejando lo que no está escrito en afinar el W09 de 2018 mientras compite en 2017 —otro día os cuento algo sobre toda esa gente con la que hablo, de madrugada a veces, y de la que no me apetece dar señas. Las fuentes lo llaman—. Al fin y al cabo hemos charlado sobre ello unas cuantas veces en Nürbu y no parece aconsejable repetirse, de forma que asumo que se preste poca atención al tipo sobrevalorado que por azares del destino se alzó con la victoria en Rusia y Austria, que fue segundo en Montreal, Bakú, Silverstone, Monza y el Hermanos Rodríguez, y tercero en Albert Park, Sakhir, Hungaroring y Sepang... Lo suyo se debió al coche, no como lo de Lewis, que ha sido fruto de la intervención de Ayrton Senna y Saint George.

No me río porque acabo de comer, entendedme. 11 podios de 18 carreras, dos veces cuarto y tres quinto... A 15 puntos de Vettel en estos momentos... No sé, a lo peor no entiendo nada de Fórmula 1, pero me parece que Valtteri Bottas merece un poco más de respeto del que le dispensan la prensa británica y sus mamporreros de aquí.

Es un buen chaval, me parece suficientemente bueno y creíble. Puedo estar equivocado, pero considero que merece el subcampeonato de este año, y, desde luego, más espacio en medios que el que se le está dando a la idiotez ésa de cómo Vettel, Domenicali y Montezemolo, conspiraban juntos contra los intereses de Ferrari, porque está visto que a fecha de hoy, 10 de noviembre de 2017, no se puede negar que alguien se ha metido una buena hostia.

Ea, no molesto más. Buena tarde, os leo.

4 comentarios:

enrique dijo...

Desde siempre me ha resultado conmovedor el papel del segundo piloto en los equipos grandes. Saben que son los segundos pilotos. Que están para ayudar al primer espada. Si haces lo que te dice el equipo sin saltarte una linea del guión te ganas la confianza del equipo, un contrato anual para seguir corriendo el año siguiente y lo que es peor la simpatía del primer piloto que se exaltará en entrevistas y ruedas de prensa varias. Peeeeeeero, ya nunca podrás rebelarte. El feudalismo de la F1. Aquí naces y aquí te quedas. Desde siempre me pregunté que haría yo en ese caso.

Fabian Prieto dijo...

Josete, no sé si escribiste esta entrada hace dos meses, pero creo que querías decir "10 de noviembre". Tanto a Bottas como a Raikkonen o hace algunos años a Webber se les juzga mucho más por sus supuestos fracasos que lo que se les valora su trabajo silencioso. Gran artículo.

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Fabián, ya nos hemos puesto en fecha y hora :P

Un abrazote ;)

Jose

Elín Fernández dijo...

José, el que escribió la cosa esa en http://www.f1supernews.com/2017/11/10/how-ferrari-and-vettel-hustled-alonso/ parece saber él sólo lo que dice y sin embargo no da una sola fuente. Mentirosos de páginas cibernéticos. Cualquiera puede hacerse una página y vomitar palabras en ella.